Noches clínicas de la EOL Antena Bahía Blanca

Noches clínicas de la EOL Antena Bahía Blanca

Un especial agradecimiento a Beatriz Udenio por compartir de modo presencial esta jornada junto a los asociados de la EOL Antena Bahía Blanca. En esta ocasión comentando un caso referido a la práctica analítica con niños. Agradecemos su cálida y generosa transmisión.

“¿Qué es lo que el psicoanálisis con niños enseña? Con esta pregunta Beatriz Udenio, analista miembro de la EOL y de la AMP, trazó la cota preliminar a la lectura del análisis de un niño. La presentación clínica estuvo a cargo de Soledad Zazzali, en el contexto de las Noches de la EOL Antena Bahía Blanca. El caso titulado “El niño sobre la falda/falta de su madre” permitió extraer varias respuestas a ese interrogante. En primer lugar se pudo ubicar, que una de las modalidades en la que los síntomas se ordenan en la infancia, aparece en estrecha relación al deseo del Otro materno. Soledad, eligió comenzar su relato, puntuando las entrevistas que mantuvo con la madre del niño. Estos encuentros, fueron cruciales ya que , cuando se trata de niños el analista, “… está obligado a tomar iniciativas” (Miller J. A., 2015), entre ellas las de interpretar al Otro, es decir a los padres y, a veces, también a la escuela . No se trata de que el analista se convierta en un pedagogo, ni en el guardián de los usos y costumbres de la época, sino de que pueda ser dócil, dejándose tomar por la transferencia.

Las entrevistas con la madre de este niño, tuvieron como efecto conmover su posición. Para esto fue imprescindible que la practicante pudiera ubicar cómo el niño jugaba la partida en el deseo de ésta. Punto nodal que emerge de la bruma de su historia, tallada sobre el silencio y lo no dicho. El caso reveló así la verdadera dimensión del embrollo entre ambos; la urdimbre que hasta ese momento permanecía invisibilizada. Sabemos que un niño puede ocupar el lugar del ideal para sus padres pero, si se lo piensa en términos libidinales, adviene también al lugar de un objeto pulsional. Por lo tanto, en la clínica con niños, es fundamental ubicar las coordenadas del deseo en relación a éste, pero también, su lugar en la economía de goce. Por otra parte, es importante, tal y como lo señala Lacan en el Seminario 5, que la madre acceda a separarse del niño en tanto objeto, y que el niño haga lo propio. A veces se produce un detenimiento en ese punto, y se generan todo tipo de dilaciones e impasses que obstaculizan el consentimiento del niño a tomar distancia del lugar que tiene para el Otro materno: “el sujeto debe pasar del régimen deseo de la madre al régimen del nombre del padre (…) se trata de pasar al momento en que su mundo va a poder tener paredes, techo,etc” (Miller, pág. 447). Que se instaure una distancia subjetiva entre ambos es esencial y en este caso, esto se produjo en el análisis, ya que este niño como tantos otros, estaba al inicio, ubicado como objeto del fantasma materno. Desde la primera entrevista, el pequeño “le da a ver” a la analista, esa posición con respecto a su madre, y la practicante no vacila en introducir en esa instancia prínceps algunas reglas. Bajo el semblante de “hacerse la distraída” y concernida por las reglas del Otro, introdujo la posibilidad de que el niño se dispusiera a hablar, en lugar de actuar, pero además le permitió a éste, el acceso a un saber leer sus propias ficciones. La legalidad se filtró también a través de los engranajes lúdicos, algo que la analista no dejó pasar. Su intervención permitió que el padre pudiera, al fin, entrar a jugar la partida instalándose en su lugar.

Para concluir recorto una resonancia del decir de Beatriz en relación a este caso: el psicoanálisis le devuelve al niño su dignidad, lo erige como sujeto de pleno derecho porque le permite correrse de su ser de objeto. A partir de esta viñeta clínica se pudo ubicar el pasaje del niño como objeto, portador de una “violencia ciega”, al sujeto/niño, que sabe un poco más de las reglas del Otro, y del no todo cegado.

Por último quisiera cerrar este pequeño recorte con un comentario acerca de la relevancia que estos encuentros clínicos tienen para los practicantes del psicoanálisis. Sabemos que hay algo de la clínica psicoanalítica que es imposible de enseñar, por eso el intercambio alrededor de las preguntas que el caso por caso suscita, hacen de la conversación, una pieza invaluable de la formación. Es necesario en la práctica, poder preguntarse acerca de qué nos enseña el caso particular. Llevar los puntos de detenimiento y de hallazgo al terreno del saber expuesto, permite que se produzcan importantes efectos de transmisión. Dicho esto, cito a Miller: “¿en qué punto es posible la conversación? Diré que no es posible si para nosotros el saber está en lo “ya sabido”. Hay que huir de lo “ya sabido”. Hay que saber ya, por supuesto, pero en la conversación hay que huir de lo “ya sabido”, que sólo puede ofrecer luchas de erudición. La conversación, si es posible, lo es sólo en dirección a lo que es no sabido, en la dirección de la ignorancia o, mejor dicho, en el límite vacilante entre lo “ya sabido” y lo “no sabido” (Miller J.-A., Conferencias porteñas, 1998, pág. 89)

Claudia Helena Zito


BIBLIOGRAFÍA

Obra de Juan Ignacio Valenzuela

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