Amor al saber abierto

Obra de Darío Barco

Amor al saber abierto

Quiero resistir la tendencia a que las oraciones se conviertan en clichés, la tendencia a que las ideas se conviertan en dogmas. No busco la dificultad por la dificultad misma, sino más bien para levantar el borde de la página y encontrar qué está escrito ahí debajo desde hace mucho tiempo, o dar la vuelta al edificio y encontrarme con la vista de un lago desconocido. ¿Cómo mantenerse despierto en la vida? Anne Carson

Freud siempre consideró los tropiezos en el discurso, como las pistas que llevaban a la verdad inconsciente. El inconsciente no es un Otro completo, no es un Todo cerrado, que debe hacerse consciente, sino una ranura, a partir de sus fallas se produce el hallazgo, la sorpresa y en un segundo tiempo lógico, se despliega una cadena significante por dónde circula el deseo indestructible. Esta característica Lacan, a la altura del seminario 11, la nombra discontinuidad del inconsciente, donde algo se manifiesta como vacilación. Gracias al amor de transferencia, se inicia el trabajo de interpretación y desciframiento.

La transferencia no es “la sombra de algo vivido antes” [1] sino un amor genuino, en tiempo presente y en su dimensión de engaño, sujeto al deseo del analista, que no es deseo siempre de otra cosa. Sosteniendo que “…detrás del amor llamado de transferencia está la afirmación del vínculo del deseo del analista con el deseo del paciente”. [2] El paciente quiere ser amado por aquel al que se le supone el saber sobre su sufrimiento. Es un fenómeno que incluye al sujeto y al analista, sin embargo, no es simétrico, el partenaire analista no responde en la dimensión engañosa del amor, es decir narcisista, como tampoco encarnando el saber absoluto, sino con interpretación y acto orientado desde la función deseo del analista, deseo que lleva al sujeto al plano pulsional, donde se sitúa la diferencia absoluta. El analista haciendo semblante de objeto soporta aquello de lo cual el sujeto se tiene que separar.

Por su parte Miller, en Leer un síntoma va a afirmar que “Decir que el estatuto del inconsciente es ético es precisamente decir que es relativo al deseo, y primeramente al deseo del analista que trata de inspirar al analizante a tomar el relevo de ese deseo.” [3] De este modo se tratará de transferir ese deseo del analista, al analizante, apuntando a una transformación que vaya desde lo mortificante de la compulsión a la repetición y del goce superyoico, a un goce más vivible, anudado a un nuevo amor, enlazado al saber.

Para ceñir el estatuto de este nuevo amor, haré un recorrido por el sesgo del goce.

La torsión fundamental a partir de la última enseñanza de Lacan, va a orientar la experiencia analítica por el goce y lo real de la no inscripción de la relación sexual. En el Seminario 20, formula dos modos de goce según la posición sexuada en la que se ubique el ser hablante más allá de su género y su anatomía.

De un lado, está el goce del macho, sería el goce perverso polimorfo, en tanto que reduce al Otro al objeto a lo que implica un amor posesivo. Lacan en Televisión dice: “No se puede por la observación de lo que cae bajo nuestros sentidos, es decir la perversión, construir nada nuevo en el amor”. [4] Esto nos da la pista de que el nuevo amor no se guiará por la lógica fálica.

Del lado mujer, si bien hay una direccionalidad al falo, lo importante es ubicar el no-todo falo, otro goce que no es un complemento sino un goce suplementario, al que en esas fórmulas llamó femenino. Luego Miller lo llamará el “goce en tanto tal”, generalizando este Otro goce que se inscribe por fuera de los alcances del saber inconsciente.

No hay saber en lo simbólico sobre este goce, es imposible de pensar, hay un agujero en el saber, sin embargo se siente y la interpretación analítica, a través del lenguaje puede hacerlo resonar en el cuerpo.

Esta noción de lo no-simbolizable hace salir de la trampa dual de fálico/castrado, sobrepasa el encierro fálico, del ser y el tener, la lógica edípica, el Todo y la excepción.

En el Seminario 21 Lacan define al saber masculino como lo que se cierra y gira en redondo clausurándose, desde esta posición el sujeto sabe que habla, pero no dice nada, quiere conservar la salud mental. Cercano al que propuso Hegel en Fenomenología del espíritu, un saber todo, enciclopédico, con una esfera central y al que se arriba por conocimiento. Desde esta perspectiva, lo que escapa a lo simbólico representa lo irracional, un peligro del cuál el Yo se defiende. Mientras que el saber asociado a lo real como imposible es un conjunto abierto, que habilita la chance de la invención singular para saber hacer con el síntoma.

Eric Laurent en Promesas de un nuevo amor nos dice que: “El amor de transferencia, es un amor que se dirige al saber, un amor que pone en juego una creencia que no es ni narcisista, ni busca la caridad, ni quiere el bien del otro. Es una creencia donde el lugar de la definición “de lo que se ama” es crucial y este lugar, de lo que se ama, Lacan lo nombra “una mujer”.” [5]

Este “una mujer” remite a lo femenino, al no-todo, en su función de agujero en lo simbólico.

Un nuevo amor, inédito y propiciado por la experiencia analítica, no es religioso ni esconde en su otra cara al odio totalitario, no es segregativo, sino que cree en un saber abierto, agujereado, imposible de cerrar.

Este nuevo amor, lejos de temer y rechazar, abraza lo femenino que habita en el saber, lo que propicia discursos y por ende lazos en los que circula un otro goce vivificante.


NOTAS

  1. Lacan, J. El Seminario Libro 11: “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis” (1964), Bs As, Paidós, 2006. P 261
  2. Lacan, J. El Seminario Libro 11: “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis” (1964), Bs As, Paidós, 2006. P. 262
  3. Miller, J-A. Leer un síntoma. Revista digital Lacan XXI
  4. Lacan, J., “Televisión”, Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012. P. 559
  5. Laurent, E. Las promesas de un nuevo amor. Conferencia en el X ENAPOL, “Lo nuevo en el amor. Modalidades contemporáneas de los lazos”, 8 de octubre de 2021. Publicación electrónica de X ENAPOL-FAPOL

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