Editorial #2

Obra de Julieta Cantarelli

Editorial #2

La actualidad del síntoma

El modo en que el psicoanálisis piensa los síntomas, divide aguas con otras prácticas o experiencias que tienen como objeto a los seres hablantes. Para quienes ejercemos esta práctica, el síntoma da cuenta de lo más singular de cada uno, es “eso” que no se puede hacer entrar en un catálogo de diagnósticos.Freud descubre que el síntomahabla, y que hay en ese mensaje cifrado, un intento de decir una verdad. Si hay síntoma, es porque hay algo que no anda, que cojea. Los seres hablantes estamos divididos, en esta división pueden generarse conflictos y desencuentros y eso puede hacerse insoportable. Tanto a Freud como a Lacan, se les ocurre pensar que en eso insoportable, hay algo esencial, de hecho podría ser para algunos sujetos, algo absolutamente vital. Para el último Lacan el síntoma, es en sí mismo, un intento de solución. Evidentemente, este es un tema que interpela la práctica del psicoanálisis desde sus inicios. Es por eso, que nos preguntamos si existe algún vínculo entre el discurso imperante de la época y los modos de respuestas sintomáticas que prevalecen en la misma. Lo que sabemos es que en la actualidad, se promueve la increencia en el Otro, en tanto lugar que permitiría un acceso al saber, como contrapartida de esto, se desestima el inconsciente y sus formaciones. Por lo tanto, cada vez más, los síntomas son pensados como fenómenos disfuncionales, como trastornos que hay que curar o mejor dicho acallar. La ciencia y la tecnología avanzan y participan en la aceleración de cambios y modificaciones en los estilos de vida, produciendo efectos devastadores sobre el sujeto y el planeta en su totalidad. Las religiones proliferan, las terapias alternativas, que lindan con la magia y el esoterismo, también. Asistimos a su vez a una progresiva fragmentación de los lazos, y a ladisolución de los velos simbólicos. En este contexto las consultas en las guardias de los hospitales, por lo que se conoce como ataque de pánico, se han multiplicado. Siendo estas presentaciones el ejemplo paradigmático de la irrupción de lo real sin frenos, sin parapetos. Podríamos pensar entonces, que los llamados síntomas actuales, tienen una conexión con lo real de la angustia que irrumpe sin frenos. De un lado en su dimensión arrasadora, generando también lo que se conoce como una epidemia de depresiones. Y por otro lado, en relación a una operatoria que intenta mantener a raya ese real. En esta línea se ubicarían la anorexia, la bulimia y las adicciones en general.Hoy el desamparo generalizado promueve que los sujetos estén a solas con la pulsión de muerte, lo real acecha en su versión desestructurante, por lo que la apuesta del psicoanálisis será la de reintroducir en muchos casos la creencia en un Otro, una posible dialéctica que haga más soportable la vida. Esta es una cuestión preliminar que requiere una sumisión completa (del analista) a las posiciones propiamente subjetivas del sujeto. (Lacan, pág. 516), uno por uno.

En este número contamos con varios textos que abordan desde diferentes aristas este tema. Bajo la rúbrica conceptos, inicia la serie, un escrito de Ernesto Sinatra, Analista Miembro de la Escuela de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Co-director del T y A (grupo de investigación en toxicomanía y alcoholismo del Instituto del Campo Freudiano), docente del ICdeBA y de la maestría en clínica psicoanalítica. Él trae a la luz un tema que viene siendo investigado y que ha sido el eje, de un coloquio del T y A. Se trata de los llamados provocativamente: sueños toxicómanos, expresión que acarrea en sí misma un malentendido. Dice en relación a esto: “ningún desciframiento, ninguna pregunta que de ellos pueda extraerse, porque allí no hay Otro; ni otros a quienes realmente se dirijan”. Explica entonces, que estos sueños, no dan cuenta de la existencia delinconsciente transferencial. Señala a partir del uso de ese malentendido, que en realidad el goce es siempre tóxico, y es por esto que propone la variación del significante adicciones por adiXiones. La época promueve la aparición de EL OBJETO, hay para todos los gustos, están fabricados a la medida de cada consumidor. Por lo tanto, Ernesto propone no dejarse seducir por el empuje nominalista, que prevalece en esta época para poder hacer lugar,a la modalidad tóxica de satisfacción, que en cada uno insiste de manera singular.

Por otra parte Mariana Li Fraini AME de la EOL, nos invita a volver hacia los “fundamentos” en este caso de la pulsión. Ella señala, en consonancia con el texto de Ernesto, que ya Lacan en el seminario 11 insistía sobre las paradojas de la satisfacción en cada sujeto y su penar de más en relación a ese goce con el cual se “contentan” a través de sus síntomas. Tomando como referencia dicho seminario, retoma la pregunta por dicha satisfacción, esta es “con o sin el Otro”. Señala que “no sería lo mismo la satisfacción de la pulsión que el autoerotismo vinculado a la zona erógena. Es allí que introducirá el objeto a como aquello que hará de la satisfacción pulsional algo que no será un puro autoerotismo”. El circuito pulsional que se recorre alrededor del objeto, pasa necesariamente por el Otro para retornar sobre el cuerpo. Esto señala la diferencia entre un puro autoerotismo de zona erógena, y la satisfacción de la pulsión. Estas precisiones, nos permiten pensar, cuando hablamos de síntomas, en la diferencia entre las presentaciones en las que el analista queda incluido en tanto objeto en el circuito de la pulsión, de aquellas en la cuales se produce un rechazo de esta función, quedando el sujeto a solas con su propio goce. Por último, este texto agrega algo más en relación a la satisfacción, introduciéndonos en el tema de ese goce, “goce femenino” que no entra en los carriles del objeto, y tampoco se dirige al Otro, dice Mariana “goce fuera de lo simbólico, por lo tanto, indecible, fuera del Edipo, deslocalizado”.

El escrito de Juan Pablo Mollo AME de la EOL, pone en su lugar a la angustia, ya que la ubica en relación a los denominamos síntomas actuales o síntomas contemporáneos. En su texto también, realiza un guiño a los practicantes del psicoanálisis, ya que nos permite pensar que el analista no está exento de ser afectado por esta, la clave es no ceder ante la misma. Es interesante la distinción que hace, acerca de al menos dos diferentes modalidades, de conceptualizar la angustia en la enseñanza de Lacan. Su primera elaboración puede leerse en el seminario 10 que lleva ese nombre, la otra,la podemos encontrar en La tercera, a la altura de su última enseñanza. Dice Juan Pablo: “cuando hay un acontecimiento de lo real, el síntoma generalizado es angustiarse”. De este modo ubica que ante la emergencia de un real desbocado todos nos angustiamos. Entiendo que nos ofrece una llave, en tanto deudores de una praxis, para abrir la puerta que conviene al tratamiento de estos síntomas, que son los de ahora, pero también los de siempre, cuando dice que se trata de “…ofrecer el dispositivo mismo para el surgimiento de un amor, que permita a cada uno hacer algo con el síntoma ya separado de la angustia”.

Bajo la rúbrica Acción lacaniana compartimos un texto escrito por Jorge Pontet Scolari practicante del psicoanálisis de la EOL Antena Bahía Blanca, quien ejerce parte de su función, en el ámbito judicial. Él escribe sobre un tema, que tiene mucha vigencia en la actualidad, se trata de los posicionamientos discursivos en relación al abuso sexual infantil. Nos introduce en lo que serían dos posibles respuestas a la irrupción de lo real de la angustia, que este tema puede provocar, una es lo que él llama “delirio preventivo”, que al fallar deja paso a otra postura que hace hincapié en “un delirio reparatorio”. Dice Jorge; “como practicantes del psicoanálisis no podemos ceder a la atracción de los modelos cuantitativos y de la psicología del testimonio, considerando que siempre es cuestión de un sujeto, de su deseo inconsciente y de lo que las palabras pueden querer decir para él”. Nos invita de este modo, a ir como analistas más allá del horror, abriendo las coordenadas que permitan dignificar los dichos de un niño como sujeto de pleno derecho.

También bajo esta misma rúbrica, pero en relación a otro tema de gran vigencia actual, publicamos un escrito de Betania Xamo, asociada de la EOL Antena Bahía Blanca. Betania ha ejercido parte de su práctica analítica en instituciones ligadas al tratamiento de las denominadas bulimias y anorexias. Sobre éste, y otros temas tiene mucho para decir. En este caso, parte de ubicar la diferencia radical, entre el síntomaen tanto emergente de categorías clasificatorias ligada a los trastornos, del síntoma producido en transferencia. Para la medicina las manifestaciones sintomáticas tienen que ser “curadas” y también reguladas dentro de alguna clase, en cambio, escribe Betania: “el analista se dirige a poder captar aquello contingente, que surge de manera espontánea y acompaña al sujeto en el recorrido de una solución singular “. Además, pone en cuestión el empuje a la interdisciplina que desde la medicina se realiza en función de un ideal de “abordaje integral”. Es así que nos propone pensar el posible y en estos casos, muchas veces necesario,entrecruzamiento entre psicoanálisis y medicina, pero desde la multidisciplina.

En la rúbrica reseñas podemos leer el comentario preciso y pertinente que Lorena Compagnucci, asociada de la EOL antena Bahía Blanca, realizó sobre la puntuación del curso de Miller “Del síntoma al fantasma y retorno”, del día 28/8 a cargo de Betiana Ripari y Flavia Fantini, ambas asociadas también de la EOL antena Bahía Blanca.

Y en la rúbrica litoral entre psicoanálisis y arte los invitamos a leer el comentario sobre el libro “Las lealtades” de Delphine De Vigan, a cargo de quien escribe este editorial.

Esperamos que disfruten de la lectura!


Obra de Julieta Cantarelli

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