Noches de la orientación lacaniana: 24/7/2024

Noches de la orientación lacaniana: 24/7/2024

Siguiendo el curso de Miller, “Del síntoma al fantasma. Y retorno”, se ha llevado a cabo el cuarto encuentro de las Noches de la Orientación Lacaniana de la EOL Antena Bahía Blanca. Esta vez, el trabajo de Vanesa Seitz y Noelia Iparraguirre, dio lugar a una transmisión precisa que permitió ubicar un rasgo sobre su lectura y trabajo de los capítulos 12: “Presencia del analista”, 13: “El deseo del analista en la experiencia analítica” y 14: “El significante amo y el objeto a”.

La conversación estuvo comandada por un rasgo: la experiencia analítica implica pasaje, es un movimiento. De entrada, el título de este curso, del síntoma al fantasma, podría decirnos que habría una dirección en la práctica del psicoanálisis.

¿Qué es lo que conduce al análisis?, ¿qué adviene en la experiencia analítica? Tenemos en primer lugar, el síntoma. Aquello que busca ser descifrado, que busca respuestas y es la razón por la que un sujeto emprende su búsqueda sobre un saber sobre lo que no marcha. Es una búsqueda que tomará sus referencias del discurso del Amo y que consiste en dirigirse a Otro que produzca un saber capaz de dar razones sobre lo que molesta.

Una proposición de Freud permite localizar ese primer tiempo, “donde ello era, yo debe advenir”. Es decir, donde ello era, permite situar en términos de Freud la excitación pulsional que produce displacer en el sujeto que llega al consultorio y lo que se esperará en el curso de un análisis será la modificación en la economía libidinal.

Será mediante la instalación de la transferencia que un sujeto podrá desplegar con la presencia del analista, su propio fantasma, algo de su ser que será la significación que ha construido sobre las escenas del mundo que habita. Será un segundo tiempo que interviene el primero produciendo un saber diferente. Yo debe advenir, es decir una modificación sobre los discursos que plantea Miller en este texto.

Pero, ¿qué opera entre el síntoma y este segundo tiempo de construcción del fantasma? Es lo que, retomando la cita de Freud, se podría ubicar en el lugar de la coma. Allí estará el deseo del analista. Es con su presencia en tanto que encarna la función de operador. Un operador que no responde con su saber, sino que, mediante la función del enigma dará lugar, en el mejor de los casos, a una transformación del saber fijado por el fantasma. Hará signo del síntoma y pondrá al trabajo a un sujeto para el despliegue de la cadena de significantes mediante la asociación libre. Esperará un nuevo saber, que no es por el fantasma sino por la vía del inconsciente. Se podría decir entonces que lo que se esperaría de un análisis es alivio del síntoma y una modificación sobre las identificaciones que el fantasma construye.

Esta conversación, plantea un interrogante: ¿Cómo pensar el éxito del psicoanálisis sin el deseo del analista? Será una clave en la dirección de la cura.

Florencia Marera


Obra de Juan Ignacio Valenzuela

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